miércoles, 6 de agosto de 2014

Guido encontró a la abuela Estela

Desde el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos-Regional Mendoza, enviamos un caluroso abrazo a Estela Barnes de Carlotto, a sus hijos, a todos sus nietos y bisnietos. Y a Guido le decimos con nuestra más emocionada sonrisa: no pierdas un minuto más, has recuperado a tu familia materna que es una maravillosa familia, corre hacia ellos y crece con ellos en amor y en sabiduría porque de ambas cosas te darán en plenitud.

Estos son días muy felices para todos quienes trabajamos en Identidad. Siempre es así cuando asoma un nuevo nieto. La llegada de Guido acrecienta nuestra alegría y compromiso con la continuación de la tarea, porque Estela es la indiscutida guía de nuestra búsqueda.

martes, 20 de mayo de 2014

REFLEXIONES SOBRE NOTAS PERIODISTICAS

Una nota en el Diario La Nación ("Militares retirados reclaman un trato judicial igualitario...")  anticipa un comunicado que sería publicado el 25 de mayo, suscripto por militares que “eran jóvenes oficiales” durante la dictadura cívico militar y que hoy, se encuentran procesados, algunos condenados por delitos de lesa humanidad.

Otra nota, en el local diario Uno ("Son los mismos..."), es coincidente con aquella aunque comparativamente inferior en calidad y objetivos.

Ambas, están destinadas a un público desprevenido que no conoce el desarrollo histórico de la justicia por delitos de lesa humanidad ni la profundidad del paradigma: haber recuperado la Justicia igualitaria para todos, no obstante posibles errores, subsanables recurriendo a la misma Justicia.

Repasemos:

Entre 1976 y 1983 (dictadura) se producían secuestros de personas, a veces  ante testigos, eran sometidas a tortura, muchas eran condenadas a morir y como sus cuerpos  fueron ocultados,  adquirieron la categoría de desaparecidos. Lo dijo Videla, Presidente de la Junta Militar que se apoderó de Argentina: no están vivos ni muertos, están desaparecidos,  no están. Los recursos de habeas corpus presentados a la Justicia –en Mendoza ante Miret, Romano, Guzzo, y otros funcionarios- eran rechazados no obstante la ausencia inexplicable de la persona. Los resortes normales de la Justicia, no funcionaban.

En 1984 ya en el Gobierno del Presidente electo Alfonsín, en respuesta a un fuerte clamor nacional e internacional por el retorno de justicia, se realizó el juicio oral y público a las tres Juntas de Comandantes que se habían sucedido en el gobierno. Los previos planteos militares y las presiones políticas, condicionaron el juicio, que trató unos pocos casos “testigo” recogidos en todo el país. La baja condena de los aeronáuticos tuvo dos explicaciones: que eran considerados los héroes de Malvinas, y que no se conocían entonces muchos delitos cometidos en su ámbito.

Esta sentencia sentó un precedente,   el propósito de Nunca Más, y abrió el camino  al juzgamiento de los delitos de lesa humanidad cometidos en todo el país.

Mendoza: en la Justicia Federal predominaban los funcionarios  que hicieron carrera en dictadura, y lo que era aún peor, con las bayonetas en la espalda de la democracia, se sancionó una ley que modificó el Código de Justicia Militar y los acusados debían ser juzgados por sus pares –el CONSUFA, Tribunal Militar. Los ex presos políticos y los familiares, debían comparecer al Comando para presentar las denuncias. Sin abogados en las audiencias. Es interesante leer aquellos expedientes: las preguntas de los militares, eran –sin picana- similares a las de los interrogatorios. Dónde militaba, qué hacía, con quién se relacionaba….(Vamos a subir a nuestro blog algunas de aquellas actas, para hacer docencia.)

Transcurrido un plazo -recordaría que eran 6 meses- quienes trabajábamos en el tema judicial por los organismos de ddhh, podíamos pedir “avocamiento”  de la Justicia Federal. El llamado “expediente militar” cambiaba de número y pasaba a manos de la Cámara,  que tenía la función de instruirla. Igual en todo el país. Nuestra Cámara tenía una composición disímil, en ella convivían Miret, Endeiza, Mestre Brizuela, González Macías. En el cortísimo lapso de aquella exótica actividad instructoria, se produjeron documentos que hoy son base probatoria fundamental, como las declaraciones del Gral.Maradona, Jefe máximo por muchos años de la represión en la zona; del  Jefe de Policía Brigadier Santuccione,  un capo mafioso; del policía provincial Jefe del D2, donde tantos/as dejaron la vida en la tortura, Sánchez Camargo; y otros muchos. Es interesante destacar que ninguno de ellos recurrió al actual subterfugio de la negación o la distracción sino que, reivindicaron la “lucha antisubversiva” y detallaron el esquema organizativo militar. Eso sí, nadie dijo qué fue de los desaparecidos: ya regía el pacto de silencio con respecto a los dos botines de guerra. (El otro son  los hijos apropiados).
 
En eso estábamos. En todo Mendoza se contaba con dos abogados: Alfredo Guevara y Carlos Venier (h) (que no es ni pariente del actual defensor de represores, pues gracias a Dios, es hijo de quien por muchos años representara a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre). Guevara llegaba del exilio, Venier acababa de recibirse.

Las denuncias sobre los hechos y la identidad y cantidad de las víctimas, se iban armando a medida que se iban conociendo porque nuevas personas se acercaban, se animaban. Pues, es de público y notorio, que mientras duró la dictadura, madres, familiares, abuelas, organizaciones, luchaban en la línea del reclamo por verdad y justicia, en semiclandestinidad, sufriendo persecución, a veces perdiendo la vida, a veces la libertad (Iglesia de la Santa Cruz, de Madres, en Buenos Aires, con desapariciones; Martha Agüero y Albino Pérez, de la LADH, en Mendoza, con cárcel).
 
 En cuanto a quiénes habían cometido los ilícitos, solamente se conocía: la escala de mando superior –funciones militares- y el personal del D2. Muy poco más que eso.

Más no se pudo avanzar puesto que, a fines de 1986 y principios de 1987, con las bayonetas en la espalda, el Congreso Nacional sancionó dos leyes inconstitucionales y extrañas a todo proceso legal tanto de Argentina como del mundo: la llamada de “punto final”, que puso un plazo muy breve para denunciar; y a continuación la de “obediencia debida”.  Según la cual, torturas, homicidios, por sólo mencionar los delitos más graves, sufridos en el marco de la “lucha contra la subversión”, no eran delitos. En ese marco, quienes lo hicieron, no eran punibles.   Se infería que todo desaparecido o torturado era un subversivo sin que pudiera alegarse lo contrario. Notorios casos de empresarios saqueados por militares,  salieron a la luz en esta década.

Toda investigación, búsqueda, interrogante, acusación, reclamo, quedó fuera de la Justicia. La  justicia del Código Penal, la constante jurisprudencia de los tribunales en materia penal, el conocimiento social sobre el delito y la conciencia del peor de ellos, el homicidio: desaparecieron. Al decir de Videla: no están.
Pasaron muchos años de afianzamiento de la impunidad y aquel agujero negro en la legislación argentina   se sostuvo como en una película de ciencia ficción. Pero las Madres en las plazas.

Los militares y policías ayer imputados o nunca imputados, ascendiendo, jubilándose, en silencio. Los funcionarios judiciales ascendiendo, permaneciendo, académicos,  jubilándose, olvidando. Y los cargos públicos, ocupándose sucesivamente. Plenamente reconciliados los unos con los otros, compartiendo actos oficiales, en las plazas, en días en que no estaban las Madres. Ofrendas florales, discursos, negación. Dos países, en uno los olvidados, en otro, los olvidadores.

Pero, nada es estático, y menos la historia.

La resistencia, la lucha, la verdad, la justicia, y para colmo la memoria, reaparecen siempre. No se pudo evitar que en 2003, quedaran sin efecto las leyes de impunidad. El dique aquel, ya hacía agua por todos lados, desde que Mignone encontró la veta de los juicios por la Verdad, las Abuelas conocieron a Snowden,  y la Corte Interamericana propuso sanciones para el Estado argentino  si no “resarcía” el daño causado. “Paguemos” interpretó Menem, para indemnizar debía probarse el daño, y se profundizó la contradicción entre la verdad y el olvido cuando el sector administrativo del Estado, se plagó de denuncias por delitos que después supimos, eran de lesa humanidad, y no tenían acceso a la Justicia penal.
 
Así que la Justicia, el Congreso, el Ejecutivo, un día llamaron a las cosas por su nombre y repusieron esa Justicia igualitaria para todos, la Justicia del país, sus leyes, sus códigos, sus sentencias. Es duro aplicarla, las corporaciones se resisten con fuerza. Pero es la misma Justicia de antes, de siempre, sin agujeros negros. A las causas por delitos de lesa humanidad las instruye en definitiva un Juzgado de primera instancia, que acepta o no las propuestas de la Fiscalía;  todo está sujeto a apelación, funcionan todos los recursos del código de procedimientos, resuelve la Cámara de Apelaciones, por encima hay recursos a la Cámara de Casación Penal Nacional y aún por encima, hay una Corte Nacional de Justicia.


Pasó demasiado tiempo, es verdad. Al cabo de ese tiempo, están los que lamentan el fin de la impunidad, y estamos los que sentimos un gran alivio por el regreso de la Justicia, que llegó para quedarse, que no será suspendida nunca más. El desafío es mejorarla, profundizarla, para bien del presente y de las generaciones venideras.

miércoles, 23 de abril de 2014

La Fundación Internacional Front Line Defenders destacó la tarea del MEDH en el proceso de Memoria, Verdad y Justicia



Al tiempo que Front Line Defenders lanza un nuevo documental, Memoria, Verdad y Justicia, sobre la lucha por justicia de los/as DDH y las familias de los desaparecidos/as en la Argentina, Mary Lawlor reflexiona sobre la razón por la que estos casos son tan importantes en la lucha actual por los derechos humanos.
Han transcurrido casi 40 años desde que la dictadura militar en Argentina inició lo que se dio a conocer como la "guerra sucia" contra su propio pueblo, por lo menos contra aquellos argentinos/as sospechados de simpatizar con la izquierda. La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Argentina determinó un número de 9.000 personas desaparecidas, mientras que otros llevan esa cifra alrededor de los 30.000. Probablemente nunca sabremos cuántas personas fueron llevadas en medio de la noche para ser abusadas, golpeadas o torturadas. Algunas fueron asesinadas y enterradas en tumbas anónimas; otras, trasladadas en helicópteros del ejército y -al sobrevolar el mar- arrojadas vivas al océano, donde nunca serán halladas. Esta campaña de terror se sustentó en un sistema de secuestros, asesinatos, arrestos y detenciones arbitrarias y ejecuciones extrajudiciales.
Para la mayoría de quienes están leyendo este blog, todo esto ocurrió hace mucho tiempo, es historia antigua, tan relevante en esta era tecnológica como los rollos del Mar Muerto. Pero para quienes tomamos conciencia de los derechos humanos en la década de los años setenta y ochenta, este fue un tiempo de definiciones, donde era necesario tomar partido. La crueldad y barbarie de lo actuado por la dictadura en la Argentina (y por otros varios gobiernos represivos) fue tal que la canción "Venceremos" se convirtió en la bandera de lucha de quienes hacen campaña por los derechos humanos en todo el mundo.
Ahora bien. ¿Por qué volver atrás, traer todas esos recuerdos y reabrir las heridas del pasado que, en muchos casos jamás cerraron? ¿Qué se gana con ello?
El delito de la desaparición forzada, y la consiguiente impunidad que lo instiga, afecta a múltiples generaciones: padres, abuelos, hijos, hermanos y hermanas deben encarar toda una vida sin saber qué ocurrió; se les niegan la verdad y el acceso a la justicia.
El impacto de estos crímenes contra la humanidad fue más allá del círculo íntimo de la familia y amigos de los/as desaparecidos/as. Las desapariciones ejercieron una influencia que corroe y corrompe todo el espectro social. Contaminaron al ejército o fuerza policial que perpetró las acciones, a la administración civil que proveyó el contexto burocrático de respaldo mediante sus servicios, a los jueces y al sistema jurídico que cubrió la legalidad espuria de los delitos cometidos, al sistema político que los justificó en el nombre de la estabilidad y la seguridad y a los medios de comunicación que ayudaron a difamar a quienes durante décadas exigieron justicia.
En muchos de los casos los perpetradores siguen allí. Siguen creyendo que su causa es correcta y que actuaron en favor de los intereses de la nación. Permanecen "por debajo del alcance del radar" en sus clubes de tenis y residencias, confiados en que nunca serán juzgados. Todos los activistas y abogados/as que participaron en este documental sufrieron amenazas. Algunos/as en forma directa y brutal, otros de manera más sutil, como al preguntarles por la salud de su pareja o si sus hijos siguen asistiendo a la misma escuela. Simplemente les hacen saber: "Sabemos dónde vives".
Investigar estos crímenes es importante porque constituye un espejo hacia el pasado y traslada lo ocurrido desde reino del mito y la propaganda hacia hechos indiscutibles. Enfrentar la verdad de lo sucedido nos ayuda a volver a articular aquello que nos define como naciones e individuos, reafirmando lo que compartimos y los valores que sostenemos. También nos ayuda a recordar a la actual generación la sabiduría de aquel antiguo dicho "el precio de la libertad es una eterna vigilancia" y su responsabilidad para asegurar que las palabras Nunca Más sean más que un eslogan pintado en una pancarta.
La investigación sobre las desapariciones en Argentina y los consiguientes juicios a los perpetradores nos revela el papel crucial de la sociedad civil y los/as defensores/as de derechos humanos. Sin el trabajo realizado durante décadas por defensores y defensoras, inclusive las madres y abuelas de Plaza de Mayo, estos actos vergonzosos habrían terminado en algún cajón del olvido de la historia. Pero ellos reunieron pacientemente la evidencia, los testimonios de los testigos, señalaron los centros de tortura y las fosas comunes y mantuvieron el tema vivo en la conciencia pública, y lo hicieron a pesar de las amenazas, la intimidación y la soledad de una campaña a largo plazo, que exige mucho sacrificio para ser llevada hasta el fin. Y por supuesto, a pesar del dolor de haber sido victimizados o de haber perdido a un ser amado, ya que muchos/as de estos DDH fueron víctimas ellos mismos.
Al buscar justicia por quienes sufrieron en la Argentina, estos valientes hombres y mujeres nos recuerdan que todavía tenemos responsabilidades para con quienes sufren en Irlanda del Norte, en Colombia, en la República Democrática de Congo, en Serbia y Bosnia, que siguen sufriendo porque quienes esgrimen el poder -o simplemente un arma de fuego- sienten que pueden cometer cualquier atrocidad y salirse con la suya. La impunidad niega la posibilidad de justicia, y sin justicia y asignación de responsabilidades, las promesas de la Declaración Universal de Derechos Humanos constituyen solo palabras vacías impresas en un papel.

martes, 1 de abril de 2014

LO IMPOSIBLE PUEDE SER POSIBLE



Es la enseñanza de este sapo, que se hizo presente en la explanada del puesto Las Lajas, donde realizábamos un acto Ecuménico. En un lugar desértico, a donde el agua se lleva en cisterna, donde no se acumula por muchas horas ni a causa de fuertes lluvias. Un animalito del agua, contra toda lógica tradicional, allí estuvo.

La enseñanza del sapo nos dice que, si la lógica militar de la represión fue ocultar “para siempre” los cuerpos de nuestros desaparecidos, hay otra lógica, la que guía los desafíos, las esperanzas, el empecinamiento con que develamos lo oculto y vamos haciendo realidad lo intangible.

Lo prohibido se desvaneció, el miedo se deshizo, la impunidad se rompió en pedazos. Nuestros compañeros dejarán de estar desaparecidos porque ese no fue nunca su proyecto, vamos a encontrarlos, sacaremos a la luz la verdad que nos están gritando desde que fueron asesinados. Es nuestro deber. Es nuestro sentimiento. 

viernes, 21 de marzo de 2014

Elba Morales, Ciudadana Ilustre de Las Heras y de Mendoza entera

NOTA DIARIO UNO
Viernes, 21 de marzo de 2014


Flores para Elba. María Domínguez, Madre de la Plaza, entrega las flores.
demarinis.gustavo@diariouno.net.ar
@Monodemarinis
Desde el miércoles Elba Morales es oficialmente Ciudadana Ilustre de Las Heras. La Dirección de Derechos Humanos de esa comuna fue la gestora del acto en el que fue homenajeada esta mujer luchadora, comprometida, valiente y generosa que tanto hizo, y sigue haciendo, por llegar a la verdad de lo que les pasó a cientos de personas durante la represión ilegal ocurrida antes y durante la dictadura.
Fue un laburo de hormiga el de Elba, con miles de contratiempos y obstáculos que ella supo sortear con paciencia y sin desmayos, junto con la gran Pocha Camín, desde el Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos (MEDH). Fue en esa institución donde víctimas y familiares encontraron contención y ayuda en las peores épocas, cuando nada se podía preguntar y mucho menos investigar.
Sería imposible enumerar aquí todas las acciones realizadas por esta mujer que se involucró en la lucha sin haber sufrido ella en carne propia el terrorismo de estado. Pero hay que decir que gran parte de las investigaciones para conocer el destino de los desaparecidos, para establecer cuáles fueron los centros clandestinos de detención, para identificar a los responsables del genocidio, para asistir a los ex presos políticos y tanto, pero tanto más, partió del MEDH, y en ello mucho tiene que ver Elba, con el acompañamiento de abogados y militantes. Muchas de las causas llevadas a juicios cuentan con el respaldo documental del Movimiento Ecuménico.
Vale reproducir aquí, para resumir lo que ha significado la tarea enorme de Elba, parte de una carta que le hizo llegar Silvia Ontivero, quien estuvo secuestrada, junto con su hijo de ¡4 años! en el D2, y lo que sufrió durante el encierro, que fue tan fiero tan fiero... No lo voy a repetir.
Dice Silvia sobre Elba: “Un reconocimiento más, un premio más y aún así, ni con todos los que te faltan, ni con todos los que quedaron en el camino por la cobardía o la desidia de algunos, alcanzaríamos a decirte gracias”.
Y agrega: “Qué hubiera sido de nosotras, de nosotros, de los hijos y las hijas, y las madres y los padres, y los compañeros y las compañeras sin tu enorme testarudez, tus enojos, tus ideas blandidas y enarboladas como una tremenda bandera de acero subiendo el cielo... qué hubiera sido”.
“Te recuerdo recibiéndonos, orientándonos, conteniéndonos, tecleando una máquina de las de antes que recogieron como tu corazón, los primeros tímidos, asustados, conmovidos relatos del horror y eran esos momentos en que descargando la carga, nos íbamos con alivio y te quedabas armando ese relato que hoy florece en forma de justicia”.
Es Elba Morales, Ciudadana Ilustre, mujer imprescindible.

martes, 18 de marzo de 2014

El departamento de Las Heras distinguirá como ciudadana ilustre a Elba Morales

El acto se desarrollará este miércoles 19 de marzo, a las 11 hs., en el Salón “Malvinas Argentinas” de la sede del municipio, ubicado en calle San Miguel al 1600. La iniciativa surge de la dirección de DDHH del departamento de Las Heras.


Elba Morales:
Apoderada legal del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos Regional Mendoza.
- Coordinadora del equipo de búsqueda de restos de desaparecidos del Centro Clandestino de Detención “Campo Las Lajas” dependiente de la Fuerza Aérea.
- Querellante y partícipe en los juicios por delitos de lesa humanidad ante la Justicia Federal. 

martes, 18 de febrero de 2014

SE INCORPORAN ABOGADOS A LA QUERELLA DEL MEDH EN EL CUARTO JUICIO POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD EN MENDOZA

Se trata de los profesionales Carlos Varela, Lucas Lecour y Sergio Salinas, quienes se suman así a la labor que desde hace tiempo sostienen Viviana Beigel, Pablo Salinas y Diego Lavado como representantes del organismo de derechos humanos.
El cuarto juicio por delitos de lesa humanidad que comenzó el pasado 17 de febrero en la ciudad de Mendoza tiene las características de megajuicio por la cantidad de causas que se han acumulado para la instancia oral y pública. Pero por otro lado, se avizora que su desarrollo será largo y complejo. Entre otras, estas son las razones que llevaron al Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos a contar con la colaboración de más profesionales del derecho.
De este modo, el juicio oral que se inicia, estará cubierto por Pablo Salinas, Viviana Beigel, Diego Lavado, Carlos Varela, Lucas Lecour y Sergio Salinas, con quienes el MEDH – Regional Mendoza complementa la presencia profesional en materia penal para que los/as detenidos/as desaparecidos/as se encuentren digna y ampliamente representados frente a sus torturadores y asesinos, así como frente a los ex magistrados que contribuyeron activamente a la imposición del plan sistemático y que hoy, en asocio con los represores inmediatos, mantienen el pacto de silencio sobre sus destinos finales, negando el derecho a la verdad y a la justicia.
El organismo, a la par de agradecer profundamente a los abogados que se suman a la tarea querellante, formalmente amplió el poder para juicios a su favor.
Por otro lado también se acordó en reunión de trabajo que Viviana Beigel coordinará la labor de los abogados entre sí, así como será la articuladora con los demás integrantes del organismo, que, como siempre, estará aportando material informativo y organizativo.

Dada la envergadura de los juicios que tenemos por delante, promovemos el apoyo a todos los abogados querellantes que tanto desde el Estado Nacional y Provincial, como desde el MEDH, enfrentarán el desafío de construir justicia superadora, pues ellos serán interpelados desde la historia contenida en los hechos y serán quienes cotidianamente se enfrentarán a las activas y seguramente agresivas defensas de los imputados en la sala de audiencias.

miércoles, 29 de enero de 2014

“Legitimaban torturas y secuestros” - Entrevista en Página 12 a Pablo Salinas, abogado querellante del MEDH

Por Alejandra Dandan.-

El juicio por delitos de lesa humanidad que empezará en febrero en Mendoza tiene “la particularidad de que será acusado al mismo tiempo un bloque integrado por militares, policías, ex jueces y ex fiscales”, explica Salinas.

El proceso oral que empieza a ser nombrado como “el juicio a los jueces” comenzará en febrero en Mendoza. El marco será un nuevo juicio por los crímenes de la dictadura en el que serán juzgados 41 acusados: militares, policías y, además, cinco ex integrantes del sistema judicial. Entre ellos llegará a juicio oral Otilio Romano, el ahora ex presidente de la Cámara Federal de Mendoza que se fugó a Chile para burlar a la Justicia y fue extraditado en agosto del año pasado. Pablo Salinas es abogado querellante por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y repasa en esta entrevista algunas singularidades del debate. La presencia de los cinco acusados del Poder Judicial, entre los que hay ex jueces, fiscales y un ex defensor, mostrará en un mismo debate los distintos modos en que actuó la Justicia durante la dictadura y su modo de legitimar la barbarie.

Aquí la entrevista completa: "Legitimaban torturas y secuestros"


Foto: "Coco" Yañez

lunes, 6 de enero de 2014

Más que papeles - Nota de EdiciónUNCuyo, publicación digital de la Universidad

Por Sebastián Moro.-

El convenio firmado entre la Asociación Ecuménica de Cuyo-Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y la UNCUYO, para la digitalización y publicación de archivos relacionados con la última dictadura cívico-militar en Mendoza, ya genera conocimientos sobre la memoria reciente. Impulsado por el Instituto de Derechos Humanos, el proyecto asiste a la labor histórica del MEDH sobre recuperación de la memoria social por verdad y justicia. Edición UNCUYO ofrece los testimonios que dan dimensión del trabajo de los organismos de derechos humanos y las fotografías digitalizadas de los papeles relativos a las desapariciones de los hermanos Bustamante, caso testigo de la impunidad con que actuaba el terrorismo estatal y la violencia institucional ejercida contra las y los familiares denunciantes.

Aquí la nota completa: Más que papeles